Doña Juana, es ama de casa y tiene 50 años, presenta un temor muy intenso a las cucarachas. Afirma que se tiraría a un abismo antes de permitir que una cucaracha la rozara siquiera. Aunque reconoce que este temor es irracional, comenta que siempre que ve una cucaracha, aunque sea de lejos, se pone "histérica". Este temor ha hecho que su vida se torne bastante difícil, ya que no puede entrar en su casa si su marido no la ha revisado a fondo antes para comprobar que no haya ninguno de estos insectos y a veces retrasa sus tareas de limpieza por este temor. Doña Juana es una persona alegre, tiene muchas amigas con las que se reúne a menudo y físicamente no presenta ningún problema. No toma alcohol, nunca ha consumido drogas y no se halla bajo tratamiento farmacológico.
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